No debe tomarse a guasa la noticia de que alguien sea detenido por robar en un universo virtual. Por una razón muy sencilla: los objetos de los que se apropió ilegalmente el joven delincuente holandés, aunque sólo existan en el mundo virtual de Haboo Hotel, fueron pagados con dinero contante y sonante. Ya en Second Life ha habido algún caso de estafa muy real: el banco virtual Ginko Financial se apropió de 750.000 dólares de avatares que habían depositado dinero en él atraídos por los enromes intereses que abonaba. Este tipo de acciones resta confianza y credibilidad a las comunidades virtuales, y o está de más castigar a los culpables.
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