La operadora británica Virgin Mobile ya ha adquirido el anillo de compromiso, pero aún le queda saber si su pareja le concede el sí definitivo. En este caso se está dejando cortejar por Sprint, la tercera compañía de telefonía a larga distancia de Estados Unidos. Se trata de un paso más en la estrategia de la empresa inglesa por consolidarse en el mercado de la telefonía móvil. Sólo en Estados Unidos tiene previsto destinar 1.000 millones de dólares a tal efecto.
El empresario Richard Branson, dueño de Virgin Mobile, no se ha lanzado al cuello de Sprint a las primeras de cambio. Previamente había remoloneado con AT&T y Nextel. Representantes de ambas firmas se reunirán esta semana para rubricar el acuerdo, que podría hacerse público en un plazo de dos semanas.
Las líneas básicas sobre las que éste se sustentará serán similares a las que la empresa de Branson fijó con la operadora móvil de Gran Bretaña One-2-One hace dos años: utilizar la red de la operadora y lanzar el servicio bajo el nombre Virgin Mobile. La compañía ya se encuentra presente en Asia, continente donde opera de la mano de Singapore Telecom.
En CNN
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