La gran revolución que ha introducido la Web 2.0 no es tanto el entramado tecnológico que la sustenta (importante, pero nadie necesita ser un experto programador para sacar provecho de todas las nuevas herramientas), sino la forma en que los usuarios utilizan la Web. El hecho de que en Internet impere un modelo de distribución abierto, permite a cualquiera modificar su código y crear nuevos programas y aplicaciones, dando lugar a una espiral positiva de innovación a partir de la cooperación y la libre circulación del conocimiento tecnológico. Todo esto nos cuenta Elena Yndurain en este interesante artículo, de obligada lectura para comprender de donde viene y hacia dónde va la Web participativa.
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