Seamos sinceros: los operadores móviles no lo están pasando bien. GPRS es caro y tiene pocos contenidos por los que el público esté dispuesto a pagar. Ya hemos hablado recientemente del problema con UMTS.
Y ahora Wi-Fi, soluciones con las que están regando EE.UU. -para empezar- pero también Europa, con puntos calientes (Hot Spots). Para muestra, pueden ver el despliegue en Gran Bretaña, que está permitiendo la utilización de móviles, PDAs y portátiles con acceso Wi-Fi en detrimento de los operadores clásicos de móviles.
Según un reciente artículo de Always On, pronto estos equipos portátiles serán capaces de saltar del operador móvil a una conexión Wi-Fi. ¿Se puede imaginar un terminal que detecte \”una oferta más barata\”? Es decir, cuando quiera bajarse un programa de ordenador o un clip de música, su portátil se asesorará en tiempo real buscando el camino de menor coste o la única posibilidad que exista en esa localización.
La empresas Motorola, Proxim y Avaya ya están trabajando en una solución de este tipo. Si además, se le añade una solución decente de voz sobre IP (en lo que también están trabajando varias compañías) no tardaremos en ver gente llamando por Wi-Fi desde un café, un hotel, un aeropuerto o un tren. Esto explica el pánico con el que los operadores móviles se están precipitando dentro del negocio de los puntos calientes.
Sin embargo, la misma pregunta que persigue a los operadores del desastre de UMTS vuelve a aparecer mientras se zambullen en Wi-Fi: ¿cómo hacer negocio con esta tecnología?
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