Todos tenemos en casa algún trasto que no sabemos cómo quitarnos de encima. Pero lo que para nosotros es una molestia, para otros puede resultar útil: sólo hay que establecer un punto de encuentro que haga posible el intercambio. Este es el principio sobre el que se asienta Yoink, un servicio que acaba de estrenar la startup Bonobo. Aunque es una empresa localizada en Australia, Yoink se dirige a usuarios de todo el mundo. Incluso incluye un apartado de estadísticas que compara la “generosidad” por países. Su funcionamiento es sencillo: cualquier usuario puede ofrecer productos o hacerse con los que ofrecen otros. Sólo hay tres condiciones: los intercambios son siempre gratuitos, sin dinero de por medio; deben producirse entre usuarios que vivan cerca; y el primero que reclama un objeto se lo queda. Para localizar objetos, el sistema detecta la ubicación del usuario y muestra las ofertas cercanas a su zona. Después, el oferente y el receptor sólo tienen que ponerse de acuerdo entre ellos para llevar a cabo el intercambio. Existe una aplicación de Yoink para el iPhone, muy útil para localizar las ofertas en movilidad. Además, se pueden recibir alertas por email o RSS cuando está disponible algún objeto cercano a nuestra zona. También se pueden seguir las novedades a través de Twitter o Facebook. Aunque en Internet ya existen sistemas similares para intercambiar objetos, lo que destaca de Yoink es la simplicidad y la facilidad de uso, desde el diseño de la web hasta las funcionalidades técnicas, que permite hacernos con un objeto con unos pocos clics, o subirlo a la web en 30 segundos. Se echa en falta, eso sí, una versión en castellano, necesaria –como en otros idiomas- si el servicio aspira a expandirse por todo el globo. Aunque seguramente será cuestión de tiempo.
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