Hay pocos países en el mundo donde la Navidad sea más arraigada e inamovible que en el Reino Unido. Y sin embargo, la tecnología hace que se alteren costumbres tan sólidas como el té de las cinco o el cambio de guardia en el palacio de Buckingham.
Ahí van un par de ejemplos: después de 50 años apareciendo puntualmente en la BBC para felicitar a sus súbditos, este año la Reina Isabel colgará su mensaje en el canal que la Casa Real inglesa ha abierto en YouTube. Y los christmas electrónicos empiezan a ganarle mucho terreno a las tarjetas tradicionales, de las que los británicos, fanáticos empedernidos de la felicitación navideña, envían más de 2.000 millones cada año. La tecnología hace cambiar hasta lo más arcaico.
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