Un jurado federal de Estados Unidos sentenció en el día de ayer a Apple a pagar 234 millones de dólares a la Fundación de Investigación de exalumnos de la Universidad de Wisconsin (WARF), en concepto de indemnización por la violación de patentes.
La demanda venía a raíz de la posible utilización de una tecnología de microchips patentada por la citada universidad en 1998 en varios de los últimos modelos de iPhone e iPad. Tecnología desarrollada por el profesor Gurindar Sohi junto con tres de sus alumnos y que finalmente se encontró en los procesadores A7, A8 y A8X de la compañía californiana, dándole la razón en su demanda a la fundación universitaria.
A pesar de que la cuantía no alcanzó la cifra de los 400 millones de dólares que pedía la acusación, se mostraron satisfechos con el veredicto. “Esta decisión son grandes noticias, es importante proteger las innovaciones de la universidad de usos no autorizados”, declaraba el director general de la fundación, Carl Gulbrandsen.
Desde Apple no quisieron dar declaraciones al respecto del fallo del juez pero sí que confirmaron su intención de apelar la sentencia, algo que alargará aún más un proceso judicial que se iniciara allá por 2014.
Esta no ha sido la única demanda que ha presentado esta fundación al respecto de la citada tecnología, pues en 2008 era Intel, la compañía que se veía en los juzgados. En ese caso, también se falló a favor de la WARF aunque la cuantía de la indemnización no fue desvelada.
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