Steve Jobs deja Apple

Steve Jobs ha abandonado su puesto al frente de la empresa que fundó con Steve Wozniak, dejando al mundo de la tecnología sin uno de sus directivos más carismáticos, después de años de problemas de salud y ocho meses de baja médica.

La primera reacción de los mercados fue una caída de las acciones de la compañía -que hace unos días se colocó brevemente como la compañía mejor valorada de Wall Street-, aunque más tarde los analistas llamaban a la calma, describiendo a Tim Cook como líder capaz y manteniendo sus recomendaciones de comprar títulos de Apple.

Lo cierto es que Cook lleva meses ocupándose de las actividades cotidianas de la empresa. Bajo su mando -hasta ahora provisional-, la empresa ha logrado una cuota de mercado en ordenadores impensable hace unos años, ha mantenido su reinado absoluto en el sector de las tabletas y ha lanzado servicios como iCloud.

Un momento memorable de Jobs es su discurso a los estudiantes de Stanford, en el que habla de cuando abandonó la universidad, o cuando fue despedido de su propia compañía y aprovechó para fundar Pixar antes de volver triunfante a una Apple que cojeaba y necesitada de su visión innovadora.

También se le recordará por sus famosas presentaciones, por esos breves y concisos correos con los que respondía a los clientes de la compañía diciéndoles por ejemplo que cogieran el teléfono de otra forma como solución a un fallo de diseño, y por una obsesión por crear un ecosistema cerrado y controlado sólo comparable a su esfuerzo por hacer máquinas y programas intuitivas y que cualquiera pudiera utilizar.

No está del todo claro qué es lo que le pasa a Jobs. Aunque el directivo ha sobrevivido a un cáncer en el pasado y se cree que ha recibido un transplante, su dolencia actual parece estar relacionada con problemas hormonales. En cualquier caso, lo que sí sabemos con certeza es que aunque permanezca como presidente de la compañía, el sector de las nuevas tecnologías echará en falta a un visionario como él.

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