La sede de Foxconn en Zhengzhou (China) ha sufrido en la noche de ayer un incendio en el que no se han lamentado víctimas, y tampoco se ha visto afectada la producción. Apple utiliza esta fábrica como una de las principales en el ensamblaje de iPhone.
Las causas del incendio se desconocen por el momento, aunque las autoridades siguen investigando para intentar esclarecer los hechos. Un representante de la instalación comentó al diario Wall Street Journal que el incendio comenzó en el sistema central de aire acondicionado, y se propagó rápidamente a varias de las plantas más cercanas. Afortunadamente, esta misma persona confirmó que no ha habido víctimas y que la producción no se ha visto afectada físicamente.
No es la primera desgracia que ocurre en una fábrica de Foxconn. La planta que tiene la empresa en Chengdu, al suroeste de China, sufrió en mayo de 2011 una explosión en la que fallecieron tres personas después de que el combustible produjera un incendio en el interior. Cuatro meses después, en esta ocasión en una población del este del país asiático, Shandong, se declaró otro incendio en el que no se tuvo que lamentar ninguna víctima.
La compañía también está en el ojo del huracán por las condiciones de sus trabajadores. Una serie de suicidios de parte de su plantilla en el año 2012 puso en alerta a las organizaciones de derechos humanos en el mundo. En septiembre de 2012, una manifestación interna acabó con un motín de 2000 trabajadores exigiendo mejoras condiciones laborales, e incluso se acusó a algunos guardias de seguridad de golpear a los empleados.
La compañía reaccionó y prometió mejorar el salario y las condiciones a todos los trabajadores, pero las organizaciones de derechos humanos continúan su férreo marcaje a Foxconn. El incendio de la noche de ayer puede reabrir viejas heridas que no han terminado de curarse aún.
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