La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) se ha puesto del lado los servicios de transporte con licencia VTC ha instado al Ministerio de Fomento y al Consejo de Ministros a cambiar la normativa aprobada el pasado noviembre, y que regula a las empresas de vehículos de alquiler con conductor aprobada por Real Decreto, considerando que presentan restricciones a la libre competencia, en alusión al servicio que prestan empresas como Cabify –embarcada en plena expansión geográfica por Latinoamérica.
Entrevistamos a Juan Ignacio García-Braschi, Country Manager de Cabify España, quien desvela para Baquía los nuevos horizontes que plantearía una “total liberalización del sector” en España como reclama el superregulador, para esta internacional start-up española, que con 600.000 usuarios y 40 millones de euros en ingresos, prevé triplicar sus cifras, creciendo al mismo ritmo que cuando empezaron.
¿Cómo ha recibido Cabify, el tirón de orejas que le da públicamente la CNMC al Ministerio de Fomento?
En general valoramos positivamente la posición de la CNMC porque la liberalización beneficiaría al sector y al consumidor, pero también pensamos que cualquier avance que se haga ha de ser prudente y tener en cuenta a otros actores ya metidos en el sector.
La CNMC va más allá, y pide una liberalización completa del sector que pensamos puede ser beneficiosa para el sector, pero hay que reconocer que es un sector muy complicado, con muchos actores como los taxistas que han invertido en licencias y también hay que darles una solución a ellos.
¿Os ha sorprendido un posicionamiento tan enérgico por parte de un organismo nacional?
No, nos sorprende. La CNMC siempre ha sido un organismo muy favorable a la liberalización de muchos sectores y en concreto este que está superrregulado con una normativa que muchas veces ha incluido distorsiones.
En este sector la CNMC quiere ser punta de lanza y va a por todas, a hacer planteamientos de máximos; otra cosa es dónde se llegue en la liberalización del sector, pero hay muchas partes implicadas. Al final a lo que se acabará llegando es a un punto intermedio entre las partes implicadas.
Una de esas partes, la del taxi, se ha manifestado recientemente “consciente” de los nuevos retos que se plantean actualmente en las ciudades, donde la tendencia es la transformación hacia las denominadas Smart cities. En este sentido, reivindican la igualdad de condiciones para competir entre todos los actores del transporte.
Hay diferencias entre el funcionamiento del taxi y de la VTC. Hacia qué lado es beneficioso, es un debate largo. La igualdad de condiciones es una vía, entonces, que se igualen las licencias. Pero me sorprende que digan eso cuando no es tampoco por lo que han venido abogando hasta ahora, tildándonos de competencia desleal. Normalmente ellos han planteado cambios e innovaciones en el sector pero manteniendo su mercado cautivo.
¿A quién identificáis como competencia directa: la extinta Blablacar, la futura UberX o con el taxi?
Competimos en un segmento que es el de la contratación previa, es decir, emisoras de taxi, servicios VTC solicitados de forma previa, etc. Por tanto, la competencia en esta franja son las aplicaciones de solicitud de taxi, las emisoras de taxi, Uber que parece va a lanzarse con VTC.
En este sentido, ¿preocupa esa inminente llegada de UberX, la versión de Uber con conductores con licencias VTC?
Como decía, tenemos ya otros competidores, y con Uber ya competimos en otros países de Latinoamérica. Nuestro enfoque respecto a ellos es bastante diferencial, así que vemos que es bueno que haya más opciones en el mercado. Hace cuatro años la única opción era coger un taxi y ahora hay muchas más. Y eso es siempre mejor para el usuario.
Una de las modificaciones por las que aboga Competencia es la flexibilización de la “compartimentación geográfica”, supongo que esto allanaría el camino para los planes de Cabify en Barcelona, una de las grandes urbes españolas donde no está disponible la aplicación precisamente las restricciones para conseguir licencias VTC, como han lamentado en ocasiones anteriores.
Cataluña en general es una de las comunidades autónomas donde hay más escasez de licencias VTC, por lo que todo lo que vaya encaminado a que se pueda dar servicio allí nos encanta. Pero por el momento, no hay una fecha concreta (de aterrizaje en Barcelona).
Resulta un tanto sorprendente que desde Cabify se puedan contratar servicios con taxis y que por otro lado tengan abierta una batalla contra vosotros en los tribunales…
Esa es precisamente una de las cosas que planteamos ante el juez: tan competencia desleal no será cuando muchos taxistas están conectados a nuestra aplicación y que no parece importarles lo más mínimo que funcionemos con licencias VTC. Pero el mundo del taxi es muy grande y hay gustos para todo.
La llegada de las nuevas tecnologías parece estar borrando las barreras tradicionales en el sector del transporte e incluso la forma en la que concebimos la movilidad.
Las nuevas tecnologías han venido a hacer más fácil y más rápido la contratación previa, en lugar de pedirlo por la calle. Más que a diluir los compartimentos, que nunca han sido del todo estancos porque la final está en la mano del usuario decidir si para un taxi o llama a otra aplicación, ha venido a facilitar, simplificar y optimizar la experiencia del usuario.
¿Se considera Cabify parte de la denominada economía colaborativa?
Depende de lo que entiendas por economía colaborativa. Todos nuestros conductores son profesionales, que ofrecen sus servicios a través de nosotros que somos una agencia de viajes, y en este sentido, nos encontramos más cerca del servicio de coches con chófer, más que al ámbito de la economía colaborativa porque no es un servicio que dé un particular. Por tanto, somos un servicio muy diferente a otros referentes de la economía colaborativa como BlaBlacar.
Otra de las posibilidades surgidas en este nuevo marco de la economía digital son las financiaciones colectivas y el fenómeno de los Business Angels, del que Cabify ha sido una gran beneficiada.
Para nosotros es muy positivo, porque cuando empezamos en 2011 con una ronda de financiación exclusivamente de business angels, que nos ayudó mucho, porque además de aportar dinero nos facilitaron know-how y sus redes de contactos. Luego a lo largo de la vida de Cabify, se han incorporado inversores fondo profesionales o vehículos de inversión como Seaya.
Aunque no me gusta mucho la palabra, sí nos hemos convertido en uno de los referentes del ecosistema start-up. Lo cierto es que en España hay mucho talento, ahora mismo hay financiación y los proyectos buenos tienen que aprovecharlo y expandir sus negocios.
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