A través de los años, los simuladores deportivos se han vuelto más profesionales. El caso de NBA 2K17 es tan solo uno de los ejemplos que ha dado la industria, pero en el huracán de los diferentes sistemas, durante el paso de los años, se han quedado atrás numerosos títulos deportivos que no han llegado a hacer sombra a los más fuertes.
Las sagas que han sabido ganarse al público con jugabilidad más exigentes o incluyendo sistemas de juego más elaborados son las que se han llevado el gato al agua. Atrás han quedado pesos pesados por descartar la innovación o dormirse en los laureles.
En el fútbol, FIFA y PES mantienen una dura pugna por ocupar la primera posición, pero en el horizonte no existe ninguna compañía que se atreva a entrar en la lucha. Otros deportes han corrido peor suerte y ni siquiera tienen un digno rival o algo que se le parezca. El hockey cuenta con la saga NHL, el fútbol americano tiene a su Madden y para de contar. Incluso hay deportes, como el tenis, que han perdido el apetito por los videojuegos en los últimos años.
En el baloncesto ha ocurrido exactamente lo mismo. La saga NBA 2K lleva practicando buen baloncesto desde su primera aparición y rápidamente ha ido deteriorando la moral del que hasta entonces era el rey de la pista, NBA Live (Elite), hasta confinarle para toda la eternidad en un agujero negro del que no hay sabido salir, a pesar de intentarlo en varias ocasiones.
El caso de NBA 2K17 no es diferente a las últimas entregas: sigue siendo tan espectacular que es bastante probable que los futuros intentos de otras compañías queden reservados a minijuegos sociales o arcades alocados sin ninguna pretensión de realidad.
La entrega de este año mantiene básicamente los mismos fundamentos y mecanismos que le ha hecho triunfar. Tanto que se aprecia en la lejanía un ligero atisbo de comodidad innecesaria, que bien podría causarle un disgusto en un futuro. Aunque Visual Concept, los desarrolladores, siempre han logrado realizar la jugada imposible cuando se veían muy apretados.
De nuevo el modo estrella del videojuego es MiCarrera, en el que se da vida a un jugador ficticio en su meteórica carrera al estrellato. Este año el modo ha perdido al director Spike Lee, responsable de la historia de la edición anterior, pero en cambio se ha ganado más importancia para las decisiones tomadas por el propio jugador, algo bastante más importante a mi modo de ver.
El resto de modos siguen el curso habitual de lo acontecido en los años anteriores, por lo que no hay demasiado que destacar.
El aspecto técnico de NBA 2K17 sigue siendo tan brillante como el primer día que se pudo ver el juego en la generación actual, aunque también se nota cierto estancamiento. En cierto modo es bastante complicado llevar en franquicias a las franquicias anuales todas las mejoras que nos gustaría en el apartado visual, pero también hay que reconocer que lo mostrado es absolutamente asombroso; cada vez que se añade una gota de barniz se hace para buscar el sobresaliente alto.
Cada jugador, cada tatuaje o cada gota de sudor del cuerpo de los jugadores deja sin palabras al usuario, y no me ha ocurrido solo una vez la anécdota de gente confundiendo el videojuego con un partido real retransmitido por la televisión.
En el aspecto sonoro continúa el particular estilo marcado durante los años. Rap, hip-hop y sonido similar. No saltaré de alegría cada vez que lo escucho, pero musicalmente es una banda sonora pegadiza y ofrece una ambientación espectacular. Cada cancha de la NBA cuenta además con todos los detalles para diferenciarse unas de otras. No solo la cuidada madera que forma la pista, sino hasta en elementos tan meticulosos como puede ser la bocina que marca el final de cada cuarto y los tiempos muertos y los cánticos procedentes desde la grada.
Este año hay un pequeño cambio en el sistema de tiro. NBA 2K17 ha incluido una pequeña barra que se encuentra en los pies del jugador para indicar la calidad del lanzamiento a canasta. El sistema es similar al que goza los videojuegos de golf: cuando se inicia el tiro la barra ascenderá hasta el final de la misma y cuando llegué rebotará para bajar rápidamente hasta la posición inicial. Hay que intentar lograr que la barra se quede en la posición más elevada posible. Al lograrlo, se coloreará con un verde brillante.
NBA 2K17 vuelve a ser un majestuoso espectáculo digno del vibrante deporte en el que se basa y de la mejor liga del mundo. Su sobresaliente factura técnica y lo cuidado de todos sus detalles han hecho que no tengan rival, literalmente. Aunque en el futuro pueda existir cierto acomodamiento, por el momento sigue siendo un auténtico titán del mundo del basket. NBA 2K17 es el LeBron, Curry, Durant (poned aquí el nombre de vuestro jugador favorito) del baloncesto virtual y amenaza con serlo durante muchos años más.
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