Acabo de recibir en la redacción de Baquía la NES Mini. Una (casi) obligada compra que ataca la nostalgia pura y dura de los que ya hemos cumplido unos años. La consola todavía no he podido probarla, pero sin abrir la caja se puede advertir un pequeño contratiempo: Nintendo no ha incluido el adaptador de corriente para poder conectar la consola a un enchufe de pared de los de toda la vida.
La reproducción en miniatura de Nintendo Entertainment System es una joya de coleccionista increíble. Dentro incluye 30 de los mejores videojuegos lanzados para la 8 bits, pero no se puede admitir la racanería de la que hace gala la compañía al no incluir algo tan básico como el enchufe.
El sistema se alimenta con un cable USB (que sí está incluido). Es bastante probable que todos tengamos en nuestras casas un adaptador compatible comprado en la tienda de ‘alimentación’ (o en el ‘chino’ para entendernos). Incluso seguro que vale uno de los que utilizamos para cargar nuestros smartphones y tablets o los USB del televisor, si los tiene. Sin embargo, Nintendo lo ha vuelto a hacer y se ha ahorrado unos pocos yenes al no incluir este adaptador.
La Gran N se arriesga a que los usuarios menos experimentados utilicen adaptadores baratos con el peligro que puede suponer para la propia consola, o en casos extremos, hasta para la integridad física de las personas que utilicen la consola. Solo por ahorrarse algo de dinero. Además, llueve sobre mojado, puesto que los japoneses ya “olvidaron” incluir en New Nintendo 3DS XL el cargador de la batería, aunque sí recordaron escribir en el embalaje de la portátil que los cargadores de la consolas anteriores eran compatibles. Gracias por el aviso, Nintendo. Solo falta que Switch la vendan por fascículos.
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