Este año puedo decir que he resistido a la moda del verano. No he instalado Pokémon Go en ninguno de mis dispositivos y, si alguna tentación he tenido, el paso del tiempo ha hecho que quede en el más profundo de los rincones de mi mente.
El juego, para aquellos que han permanecido fuera de circulación durante las últimas semanas, ofrece la experiencia más cercana posible a ser un entrenador de Pokémon. Gracias al uso del GPS y la realidad aumentada, los jugadores recorren las calles en busca de los monstruos de bolsillo. Las descargas del juego se ha producido de forma masiva tanto en iOS como en Android, ayudando a producirse la mayor subida en bolsa de Nintendo en años. Aunque la subida, según los propios japoneses, no valdrá para recompensar económicamente a Nintendo, algo evidente conociendo la verdad: Nintendo es dueña tan solo de una pequeña parte de Pokémon Go.

Pokémon Go Pikachu
A pesar de no haber probado el juego, sí he visto a mucha gente sucumbir ante los encantos de la aplicación de Niantic y The Pokémon Company. Como la típica canción del verano, Pokémon Go está en boca de todos. La mayoría lo disfruta, pero tiene algún que otro efecto secundario. Es la ‘salchipapa’ de Nintendo.
No ha día que los servidores de Pokémon Go no den problemas
El primer defecto que se suele achacar a la canción del verano es la calidad musical de la misma. En pocas palabras: carece de ella. Este verano el ejemplo es más claro aún con el tema interpretado por Leticia Sabater. El problema de Pokémon Go se encuentra también localizado en la calidad, aunque en este caso en la de sus servidores. No hay día que no den problemas y que los usuarios terminen cansados de intentar jugar de manera decente. Finalmente, ante la ausencia de solución, desisten de intentarlo.
Otro defecto, que a priori no debería serlo, es la repercusión que está teniendo el juego. Los informativos de televisión hablan de Pokémon Go hasta la saciedad, inclusos aquellos que normalmente no dan bola a los videojuegos. Lo mismo ocurre con la canción del verano. ¿Dónde se oye por primera vez? Pues en el Telediario. Sin embargo, salvo contadas excepciones, las veces que los informativos televisivos han hablado del juego lo han hecho para criticar el comportamiento de los usuarios.
Hay personas propensas a realizar todo tipo de actos imprudentes. Y estas lo harán jueguen o no a Pokémon Go.
Se ha visto de todo: gente que pone en peligro su propia vida, o la de los demás, por buscar alguna criatura, e incluso se han realizado reportajes en claro tono sarcástico de cómo una legión de jugadores se agolpaba en un lugar céntrico para buscar un pokémon. Entre líneas se podían adivinar los pensamientos del locutor de turno, y no eran nada buenos. Aquí hay una cosa clara que no se está teniendo en cuenta: hay personas propensas a realizar todo tipo de actos imprudentes. Y estas lo harán jueguen o no a Pokémon Go. Sin embargo, en caso negativo, no sería noticia.
Como tercer punto negativo, y quizá el más importante de todos, se queda el efecto moda. Donde antes todo eran subidas y alegrías para Nintendo, ahora son desplomes después de que el interés de los jugadores por el título vaya menguando poco a poco. El valor bursátil ha bajado y los usuarios comienzan a abandonar Pokémon Go en un caso similar al sufrido por Miitomo. ¿Alguien se acuerda de la primera app de Nintendo para móviles?
No obstante, Pokémon Go todavía tiene que camino que recorrer. No apagará su estrella tan pronto y este verano seguro que aguanta el envite contra la antigua presentadora infantil. Eso sí, si nada cambia, después del verano, Pokémon Go será historia junto a la ‘salchipapa’, y Nintendo tendrá que contraatacar con un nuevo juego. ¿Será el turno del salto de Mario a los móviles?
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