Vine llegó, revolucionó y venció a lo Julio César en nuestros timelines. La app conquistó la red en un corto espacio de tiempo con un efecto rompedor, disruptivo y fácil de entender: vídeos forzosamente cortos, de bucle infinito, para compartir con los nuestros y con el resto.
¿A nadie se le había ocurrido? Pues parece que no, la tecnología estaba pero no el concepto, y fue un gran acierto por parte de Twitter la introducción del mismo, fácil de usar y que parecía extender lo que se cuenta en una foto y que no parezca un video.
Los detractores y la competencia echaban pestes sobre la app. “El vídeo ya existía”. “Son mejor los gif animados”. “Es demasiado corto”. Pero la penetración de la app era imparable, sobre todo cuando las celebrities se subieron al carro de los microvídeos. Primero con rápidas reacciones, gracias y chistes, gatos y niños, trucos de magia, hasta las grandes superproducciones de sólo seis segundos. Cada día millones de bucles de micropiezas rodaban por nuestro timeline.
Pero al igual que Julio César, que ya también murió, Vine nos deja en breve, muerte anunciada por su propio padre tecnológico, de un enfermo comatoso que no ha resistido la velocidad de otras redes como Snapchat o la evolución de Instagram.
Ahora en vídeo todo es interactivo, Live o 360 (y será 360+live), o lo parece, las redes y sus apps integradas evolucionan a ritmo de vértigo y la adopción por parte de los usuarios es casi inmediata, siempre que nos aporte notoriedad o alcance, algo muy demandado ahora tras cada vuelta de tuerca del algoritmo de turno.
¿Está tomando Twitter nota de todo esto o sólo ha sido un pequeño lunar la muerte anunciada de Vine? A veces, inventar es copiar bien, pero con otro nombre y un poquito de marketing, de peces grandes a pequeños o al contrario, pero que parezca fresco, nuevo y necesario.
De paso, otra batallita que podremos contar a nuestros nietos: “Yo hacía videos de seis segundos y los compartía en Twitter. Y se repetía”. Nos mirarán mal, extrañados y con aire de desconocimiento, igual que nos hacen ahora cuando algunos hablamos de canales IRC en los corrillos técnicos.
¡Larga vida a Vine!
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