Con poco que lleve en Internet, seguro que ya ha recibido (en incluso enviado) un buen número de avisos de virus. Pero no se tome a la tremenda todo lo que llega a su bandeja de entrada, es muy probable que un buen puñado de las alarmas que ha enviado/recibido sean completamente falsas, un tipo de broma de mal gusto que responde al nombre de hoax y que últimamente empieza a hacer daño de verdad.
¿Qué es un hoax?
Los hoax (engaño, bulo o patraña en la lengua de Shakespeare) son una variante del spam (correo no solicitado) que tiene muchos puntos en común con otros avisos falsos que alertan sobre móviles que explotan o que se regalan, niños enfermos terminales que necesitan correos electrónicos de apoyo o alarmas de registros de la guardia civil en las guanteras de los coches en busca de CDs de música copiados. Todos estos ejemplos son reales, es más que probable que haya recibido al menos alguno de ellos.
La única diferencia entre un hoax y otro tipo de spam que la gente contribuye inconscientemente a expandir por el ciberuniverso es que los primeros versan sobre nuevos y terroríficos virus.
Galería de los horrores
El que se suele considerar el primero fue el “Good Times”, que ya en enero de 1994 alertaba sobre un ejecutable inexistente que primero destruía el disco duro y luego el procesador, pero falsas alertas de virus se pueden rastrear hasta 1988 cuando por las BBS circulaba un mensaje con el título “Really Nasty Virus”.
Actualmente, en la biblioteca de virus y sucedáneos de la empresa de seguridad McAfee se contabilizan casi 70 hoax diferentes. Uno de los más extendidos es aquel que aseguraba que la descarga del protector de pantalla de las ranas Budweiser eliminaría todo el contenido del disco duro. ¿Sería este hoax una iniciativa de Heineken?
Incluso existe uno para teléfonos móviles, que asegura que si se contesta una llamada que aparece marcada como “unavailable” el móvil se convierte en un bonito e inservible pisapapeles tras borrar la tarjeta SIM. Su texto también asegura que ya hay 3 millones de móviles infectados y que la alerta ha salido de la CNN y ha sido confirmada por Nokia y Motorola. Buscar el respaldo de algún tipo de autoridad es un elemento recurrente en los hoax.
El contenido del dramático y alarmista Perrin.exe valdría como ejemplo de lo que es la tarjeta de presentación de un hoax:
“Virus sin cura. Pasen la información a todos los que puedan. Si reciben un e-mail titulado “up-grade internet2″ no lo abran, ya que contiene un comando ejecutable que se llama perrin.exe. Este virus borrara toda la información de disco duro y de alguna manera se refugia en la memoria de la computadora, por lo que cada vez que se cargue la información en el disco duro, este lo borrara de nuevo, dejando prácticamente inutilizable a la computadora. Esta información fue publicada ayer en la página web de la CNN. Se ha dicho que este virus es muy peligroso y que aún no existe antivirus para él. Reenvíen este e-mail a toda la gente que puedan, ya que si bien es cierto que no puede ser detenido, al menos que salga perjudicada la menor gente posible”.
¿Qué se pretende conseguir con los hoax?
Hay un buen número de razones por las que determinada gente decide liberar estas mentiras. Lo más común es que el creador quiera comprobar hasta qué punto están verdes muchos internautas y que alcance puede tener un aviso de virus, recolectar direcciones de correo electrónico a las que bombardear en el futuro con todo tipo de información no solicitada o spam, molestar a alguien incluyendo su nombre, mail o número de teléfono o difamar a una empresa u organización.
A veces los que más muerden son los perros ladradores
Hasta ahora estos virus que puede programar cualquiera eran relativamente inofensivos, las cosas han cambiado con Sulfnbk.exe: nacido en portugués y muy pronto traducido a varios idiomas, ha sido el primero en conseguir que los internautas se metan una suerte de peligroso gol en propia meta.
Este hoax en concreto avisa de la existencia de un nuevo bacilo que aún no es detectado por los antivirus convencionales, toda computadora que tenga el archivo sulfnbk.exe está infectada, e indica que para librarse de él hay que eliminarlo tanto del disco duro como de la papelera de reciclaje.
Pero lo cierto es que sulfnbk.exe no es ningún virus, es un archivo que existe en todas las computadoras con un sistema operativo Windows que lo que hace es ayudar a reconocer versiones cortas de nombres largos de archivos. Mucha gente embebida de paranoia lo borró y luego tuvo que recuperarlo. Y pueden dar gracias a que la solución esta vez haya sido tan fácil.
El siguiente hoax de esta especie solicitará la destrucción de alguna librería indispensable para el funcionamiento del sistema operativo, como ya solicitaba hace tiempo una parodia de los hoax sin causar ni un solo desaguisado.
Qué hacer con los hoax
Siempre que llegue un aviso de virus la primero que hay que hacer es entrar en una biblioteca vírica, las de McAfee, Symantec o Panda Software valdrían como ejemplo, y comprobar sí efectivamente es un virus o en cambio es una tomadura de pelo.
Si es un virus se puede avisar, pero abandonando todo tono alarmista e incluyendo información sobre el virus y a ser posible el antídoto. Normalmente basta con copiar el contenido de la enciclopedia vírica que hayamos consultado.
Si, por el contrario, resulta que lo que ha llegado es un hoax, lo que hay que hacer de entrada es ignorarlo y borrarlo. Desde luego, jamás reenviarlo a toda la libreta de direcciones. Y si alguien quiere de verdad comportarse como un internauta cívico y contribuir a que se difunda la manera correcta de actuar, debería enviar un mensaje de respuesta a quien le ha enviado el falso virus explicándole que lo que ha enviado es mentira, y lo que debe hacer con los avisos de virus en el futuro antes de enviarlos.
Ante la duda o la falta de tiempo para hacer averiguaciones, lo más conveniente es no reenviar nada.
Ligado a esto, si alguien se ve en la necesidad de enviar un mensaje de correo electrónico a mucha gente, lo mejor es hacerlo usando la opción \’copia oculta\’. Esto no sólo es útil para que las direcciones de Internet (equivalente a un número de teléfono) no caigan en manos extrañas (que por ejemplo podrían emplearlas para conseguir muchas más suscripciones a los boletines de su empresa sin su consentimiento), también lo es evitar que aparezca un incómodo, enorme y antiestético párrafo lleno de direcciones antes de llegar al texto en cuestión. También es útil en muchas ocasiones para que los destinatarios no sepan quién más ha recibido el mismo mensaje.
Todo esto forma parte de lo ya se ha empezado a llamar acertadamente en algunos medios como Netiqueta.
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