Las profecías tecnológicas de Asimov, a examen

El escritor, que hoy cumpliría 96 años, adelantó hace cinco décadas la existencia de teléfonos inteligentes, películas en 3D y vehículos sin conductor.

isaac asimov

 

Hace cincuenta años, el escritor de ciencia ficción Isaac Asimov publicó un artículo en The New York Times en el que aventuraba cómo sería el mundo en 2014. Robots, aparatos inalámbricos y teléfonos inteligentes fueron profetizados por este bioquímico soviético nacionalizado estadounidense, que también habló de películas 3D y coches flotantes. ¿Hasta qué punto acertó el autor de la saga Fundación?

En el ‘supuesto’ aniversario del nacimiento del genio de la ciencia ficción –en realidad el visionario de origen soviético desconocía la certeza de su nacimiento un 2 de enero— la Agencia Sinc recuerda una publicación en la que pone a examen el cumplimiento de esos pronósticos publicados en 1964, a continuación recopilamos las profecías tecnológicas de Asimov.

Los robots no serán ni muy comunes ni muy buenos en 2014, pero existirán.

Verdadero. El padre de las tres leyes de la robótica fue cauto al hablar de la existencia de robots en el siglo XXI, pues es cierto que existían desde antes de que Asimov escribiera su artículo. No obstante, para encontrar un androide como Andrew Martin, el protagonista de El hombre bicentenario que llega a ser legalmente considerado como un humano, aún habrá que esperar.

Las comunicaciones serán vista-oído y serás capaz de ver y oír a la persona que llames. La pantalla se podrá usar no solo para ver a la otra persona sino también para estudiar documentos.

Verdadero. El escritor adelantó en treinta años la existencia de los teléfonos inteligentes, con los que, entre otras cosas, se pueden llevar a cabo videollamadas. Quizá el comunicador de Star Trek, que hizo su primera aparición en 1964, inspirara a Asimov a la hora de vaticinar la existencia de teléfonos tan pequeños y avanzados. De hecho Martin Cooper, considerado como el padre de la telefonía móvil actual, confesó haberse inspirado en estos dispositivos de ciencia ficción.

Asimov habría quedado muy gratamente sorprendido de poder ver un iPhone o incluso una Blackberry, pues en 1964 la telefonía móvil se limitaba a sistemas de radio VHF/UHF vinculados a las redes de telefonía fija, y los terminales eran tan pesados que su uso estaba limitado a vehículos.

De las 50 ‘profecías’ que incluye su artículo, al menos el 40% no están ni siquiera cerca de cumplirse

General Electric enseñará películas en 3D en la Feria Mundial de 2014.

Falso. Asimov se refería a cubos transparentes en cuyo interior se verían imágenes en relieve. Aunque es cierto que el verdadero boom del cine tridimensional no ha tenido lugar hasta el presente siglo, las pantallas con efectos ópticos ya existían desde 1922 y el soviético las conocía.

Una planta experimental de fusión nuclear ya existirá en 2014.

Falso. La investigación de la fusión nuclear con fines civiles se inició en la década de los 50, por lo que es comprensible el optimismo de mediados de los 60. Hoy en día el ITER que se construye en Francia promete resultados para 2020. Quizá en seis años se pueda decir que Asimov, con un poco de retraso, acertó. O quizá se cumpla aquel viejo chiste que dice que “la fusión es la energía del futuro y siempre lo será”.

Los aparatos de 2014 no tendrán cables, pues funcionarán con baterías de larga duración con radioisótopos.

A medias. Los dispositivos inalámbricos hoy se utilizan de manera amplia. Respecto a las baterías nucleares, aunque ya existen y prometen cargar el móvil para veinte años –la radiación será tan baja que no atravesará la carcasa del móvil– no están extendidas, para desgracia de los usuarios que ven como su smartphone se queda sin batería a mitad de la jornada. Los curiosos pueden hacerse con una de estas baterías del futuro por el precio de 2.000 dólares.

Se diseñarán vehículos con cerebros robóticos, que podrán programarse para viajar sin la interferencia de los lentos reflejos del conductor.

Verdadero. Ya existen vehículos automáticos como Platero, el coche del CSIC capaz de recorrer 100 kilómetros sin conductor; incluso hay autobuses para el transporte público, pero de momento no dejan de ser prototipos.
Son capaces de detectar su posición con un error de tan solo 50 centímetros, además de tener un sistema de visualización artificial para reconocer la calzada y los obstáculos. Ambas características, sumadas al sistema de conducción automática, prometen que en el futuro no haya que preocuparse por no coger el coche si se ha bebido.

La tendencia será que los vehículos se eleven un par de pies sobre el suelo.

Falso. Para desgracia de los fans de Regreso al futuro, los científicos no han podido inventar un monopatín volador como el de la película. Está en desarrollo y funcionaría con un sistema de propulsión de aire similar al descrito por Asimov.

Sí existen, por el contrario, trenes magnéticos de alta velocidad (maglev), como el alemán Transrapid en Shanghai (China) y el Linimo en la prefectura japonesa de Aichi. Mediante un gran número de imanes se consigue que el tren levite, sin estar en contacto con nada. El aire es la única resistencia, por lo que pueden superar los 500 km/h.


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