El presidente de Estados Unidos Donald Trump no ha tenido dudas sobre el deseo de devolver astronautas a la Luna, y ahora está tomando medidas para asegurarse de que eso suceda. En un comunicado, según ha publicado Reuters, la Casa Blanca dijo que el presidente firmaría la Directiva de Política Espacial 1, que ordena a la NASA dirigir un innovador programa de exploración espacial que envía astronautas a la Luna y, eventualmente, a Marte. La fecha no es una casualidad. Hace 45 años, la misión de la NASA Apolo 17 fue enviada al espacio el 7 de diciembre de 1972 por un cohete Saturno V, desde el complejo de Cabo Kennedy, en Florida.
El Vicepresidente Pence arrojó algo de luz sobre las motivaciones del Gobierno de Trump en octubre. Aparte de regresar a la Luna, el objetivo más ambicioso es construir una estación lunar que sirva como base para facilitar los viajes a Marte. Además, muchos coinciden en que hace falta hacer una exploración más reciente que las misiones de Apolo.
Sin embargo, existe la preocupación de que la insistencia en una foto lunar no ayude demasiado, y solo sirva para retrasar una visita a Marte a un coste significativo. Y, por supuesto, está la cuestión de que esto se use para justificar un alejamiento de la ciencia climática que la actual administración detesta tanto.
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