Disney se ha convertido en el estudio de Hollywood mejor posicionado en el sector de los juego sociales, después de comprar Tapulous, otra compañía de este campo, en el último mes.
La nueva -y la más cara- adquisición es Playdom, por la que Disney habría pagado al menos 563 millones de dólares, según la mayoría de los medios, aunque The New York Times elevaba la cifra a 763 millones si Playdom logra los objetivos de crecimiento fijados por su nuevo dueño.
Playdom aporta títulos como Market Street, Sorority Life y Bola, que atraen unos 42 millones de jugadores al mes. Esa cifra la convierte en la tercera más grande del mundo, por detrás de Playfish (adquirida por Electronic Arts por 300 millones de dólares) y la poderosa Zynga, que sigue siendo independiente y recibiendo inversiones millonarias gracias a sus populares Mafia Wars, Frontier Ville y sobre todo, Farmville.
Todos estos juegos han encontrado un filón de rentabilidad en la venta de bienes virtuales, desde tractores nuevos hasta funciones nuevas que permiten a los usuarios subir de nivel en el juego. Y en ocasiones, los bienes virtuales dan el salto a lo tangible, como las semillas y las verduras que se venden en Estados Unidos con el logotipo de Farmville.
Al expandirse a este sector, Disney se asegura una fuente de ingresos muy prometedora y que puede combinar con su casi inabarcable contenido, que ya tiene ejemplos en juegos más elaborado para plataformas tradicionales.
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